viernes, 18 de diciembre de 2009

Video: Prevención de Riesgos

Artículo: Prevención y crisis

Los sindicatos piden que la crisis no “relaje” la prevención laboral
Jornadas. El recorte de la actividad favorece una disminución del 37% de los accidentes en las obras de construcción. Solución. “Tenemos que consolidar la cultura preventiva, invertir en seguridad es rentable”
Última actualización 15/12/2009

La crisis no puede conducir a una relajación de los condiciones laborales ni a un incremento de la precariedad”, reclamó ayer Regino Sánchez Gonzalo, secretario general de MCA-UGT Castilla y León, en la clausura de la X Jornada de Apoyo en Prevención a Empresas del Sector de la Construcción. En los últimos once meses, se han registrado en Castilla y León 5.994 accidentes en obras, un 37% menos que en el mismo periodo del año anterior. En total, se contabilizan 67 trabajadores lesionados de gravedad, lo que supone un 38% menos que entre enero y noviembre de 2008, con once fallecidos, con una disminución anual del 48%. Ahora bien, parte de estos notables descensos se explican por la menor actividad de la construcción debido a la actual crisis económica, reconoció en este foro el director general de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Castilla y León, Miguel Ángel Díez Mediavilla. “La salud laboral ha experimentado un vuelco espectacular en medidas preventivas, pero la formación de empresarios y trabajadores sigue siendo fundamental para progresar hacia la siniestralidad cero”, considera Mediavilla.

El secretario general de MCA-UGT Castilla y León alude, al respecto, que “tenemos que consolidar la cultura preventiva. La inversión en seguridad es algo rentable, hay que cambiar la mentalidad en las obras del todo vale”, explica, mientras valora el empuje positivo que está significando la implantación de la Tarjeta Profesional de la Construcción, con Castilla y León a la cabeza de España. “La formación es el camino para erradicar la siniestralidad de las obras”, corrobora Benito del Val Redondo, secretario general de FECOMA-CCOO Castilla y León. “Se está haciendo un esfuerzo que tiene que ser más visible”, pide del Val. El director general de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Castilla y León señala que el Gobierno regional invertirá 3,2 millones de euros en 2010 para la prevención de riesgos laborales en el sector de la construcción “en todos los colectivos, desde empresarios a trabajadores y estructura de mando”, mientras se intensificará la cultura preventiva en los escolares, desde Educación Primaria.

La Fundación Laboral de la Construcción de Castilla y León, organizadora de este encuentro, que se celebró en el hotel Oasis Horus, ha efectuado en este año 4.006 visitas a obras de construcción, 514 de ellas en Salamanca, que se suman a otros cuatro millares realizadas por la Inspección de Trabajo de la Junta, saldadas con 3.500 requerimientos de subsanaciones y 336 infracciones. El presidente de la Fundación, José Manuel Aguilar, resalta que “los técnicos están siendo muy bien recibidos y se están obteniendo unos resultados esperanzadores”. Los fallos más habituales detectados se refieren a la ausencia de protección perimetral de las obras y de elementos de seguridad. “Los trabajadores y los empresarios tenemos muy claro que debemos intentar que no se produzcan accidentes, los medios para evitarlo son multitud, pero hay que saber utilizarlos y, sobre todo, que se pongan en práctica”.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Video sobre el exceso de confianza

jueves, 26 de noviembre de 2009

Riesgos en oficina

Descarga este archivo del siguiente enlace:
http://www.sendspace.com/file/fgngsz

miércoles, 18 de noviembre de 2009

M1G:Comenta este artículo: (mínimo 100 palabras) ¿La formación de los profesonales es adecuada?

El director general de Trabajo de la Consejería de Igualdad y Empleo de la Junta de Extremadura, Juan Manuel Fortuna, aseguró ayer que «la mayoría de los trabajadores extremeños piensa que están bien formados» en temas de riesgos laborales, pero de las inspecciones que se hacen en los centros de trabajo se deduce que «la formación es un tema que falla», por lo que consideró que «a lo mejor la concepción que tiene el trabajador de su formación no es la que exige la norma».
Así lo señaló momentos después de presentar en Cáceres la I Encuesta de Condiciones de Trabajo en Extremadura, que se ha dado a conocer en el marco del II Congreso Extremeño de Prevención de Riesgos Laborales, y de la que «habrá que analizar en profundidad los datos obtenidos porque una primera lectura pudiera ser errónea o equívoca», dijo.
En este sentido Fortuna explicó que el estudio realizado pretende conocer las condiciones de seguridad y formación en riesgos laborales en las empresas extremeñas para lo que se efectuaron, en abril de 2007, un total de 562 entrevistas a trabajadores y, en julio de 2009, un total de 1.109 a empresarios y jefes de prevención a los que se les hicieron 76 preguntas de cuyas respuestas se deducen datos que hay que analizar.
No obstante aseguró que «en una primera impresión puede decirse que existe una buena percepción de esa seguridad» laboral pero si se profundiza hay discrepancias» entre esa impresión individual de los encuestados y la realidad de las empresas y los trabajadores, a juzgar por las inspecciones de trabajo que realiza la administración.

lunes, 16 de noviembre de 2009

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Árbol causal, noticia de periódico. Autor, Javier Montes Burgos

MUERTE de operario por inhalación de gases


No llevar protección                                  Meterse solo en la fosa


Falta de           Falta de             No información           No evaluar
conocimiento    presupuesto     de gases en  fosa         los riesgos


Desconocimiento   No delimitan    Desconocimiento   No información
medidas a tomar    riesgo          peligrosidad         riesgos o medidas

viernes, 23 de octubre de 2009

Árbol Causal Accidente del ejercicio de Victor y Lucinio

Árbol causal

Noticia:Dos trabajadores mueren al inhalar gases de una fosa séptica en un centro comercial de Valencia. (El País, octubre de 2005)

Dos operarios adscritos al área de mantenimiento de Nuevo Centro -complejo comercial en la ciudad de Valencia- acudieron ayer a realizar la limpieza de la fosa séptica situada en el primer sótano del aparcamiento, ubicado justo debajo del edificio de El Corte Inglés, uno de los principales accionistas del complejo. Se trata del primer sótano del aparcamiento pero del segundo nivel bajo tierra respecto de la calle. El operario de mantenimiento fallecido era J. B. A., de 46 años. Abrió la trampilla y bajó al interior de la fosa (de seis metros cuadrados y tres metros de profundidad). Instantes después empezó a sentirse mal y avisó por el intercomunicador que llevaba. Un vigilante de seguridad privada, O. M. R., de 34 años, de la empresa PSI, fue el primero en llegar para socorrerlo. Fuentes de la investigación explicaron que también bajó y trató de sacarlo. Ambos fallecieron por inhalación de hidrógeno sulfuroso y metano, según los bomberos de Valencia.

El tercero en llegar al punto donde se ubica la fosa fue otro agente de seguridad privada, de la misma empresa, que resultó herido grave. Antes de acercarse había ya avisado al Centro de Coordinación de Emergencias. El cuarto en la escena fue el otro operario de mantenimiento, L. M. V., de 62 años, que resultó herido leve. Otros empleados de mantenimiento acudieron posteriormente con equipos de respiración, con los que pudieron recuperar a los dos que resultaron heridos. Uno fue trasladado al hospital General y el otro al hospital la Fe. A los dos fallecidos los sacaron de la fosa los bomberos sin que tuvieran las víctimas mascarilla ni respirador alguno. Los cuerpos quedaron tendidos a poca distancia de la trampilla de la fosa hasta que se personó para su levantamiento la comisión judicial encabezada por la titular del Juzgado de Instrucción número 16 de Valencia.

lunes, 12 de octubre de 2009

Extracto artículo: France Telecom, en la cuerda floja (El País, 01/10/2009)

El caso del gigante de las telecomunicaciones francés está conmocionando al país vecino. ¿Hasta qué punto las disfunciones y el ambiente de presión en una empresa pueden llevar a 24 personas de una misma firma a quitarse la vida en un mismo país en el plazo de año y medio? A la espera de la auditoría sobre la inquietante ola de suicidios en France Télécom (FT), en manos de la firma Technologia, que estará lista a mediados del próximo noviembre, las historias de trabajadores que se han arrojado al vacío o que se han acuchillado el vientre en plena reunión -algunos tras denunciar "la gestión por el terror" de su empresa o tras confesar su incapacidad para "afrontar otra reorganización"- han destapado la existencia de un clima social pésimo, de un malestar mareante y de una gestión organizativa dudosa en el gigante de las telecos.
¿Acaso es France Télécom una empresa letal? "No existen, para entendernos, empresas suicidógenas", subraya el psiquiatra experto en suicidiología Julio Bobes. "Pero sí existen entornos que favorecen el estrés y la conflictividad psicosocial. Y las personas con una vulnerabilidad previa los sufren más que el resto, y algunas hasta intentan resolverlas por una vía torpe, por una vía patológica", añade.
Este profesor de la Universidad de Oviedo hace hincapié, más que en las 24 muertes, en los intentos fallidos. Ha habido, que se sepa, 14. "Es llamativo el comportamiento parasuicida. France Télécom puede no ser responsable de las muertes, sobre todo cuando había psicopatologías previas, pero sí tiene una responsabilidad parcial. Es responsable de la salud laboral de sus empleados. No sabemos qué hizo para prevenirlas". La empresa dueña de la marca Orange ha declinado hablar para el reportaje sobre un "tema delicado". Tan delicado que se ha cobrado la cabeza de su número dos, Louis-Pierre Wenès, cuestionado por sus métodos para modernizar el ex monopolio.
Es ese perfil de ex monopolio convertido en transatlántico de la tecnología y las comunicaciones, que navega en un mar de competencia feroz y de innovaciones tecnológicas a velocidad de vértigo, lo que de algún modo convierte a FT en paradigma de los males de la empresa global del siglo XXI.
"Este episodio es una metáfora exagerada: nunca tanto como ahora las empresas han necesitado el compromiso de los trabajadores y nunca como ahora han dado tan poco a cambio, especialmente porque el tiempo, que antes jugaba a favor del empleado, con más cualificación y experiencia y mayor demostración de lealtad, ahora parece jugarle en contra: le hace más prescindible y menos empleable si pierde el trabajo", opina Francisco Longo, profesor de Recursos Humanos y director del Instituto de Gestión Pública de ESADE.
No se trata de acoso, ni de algún jefecillo incapaz de liderar. Se trata del engranaje de la propia organización. El gigante de las telecomunicaciones, que sólo en Francia tiene 102.000 empleados, vive en estado de transformación permanente desde su privatización, que arrancó en 1996.
Ivan du Roy, autor del libro Orange stressé, explica en él que la raíz del mal reside en la privatización y salida a bolsa de la empresa, que conllevó dejar de lado cierta cultura de servicio público hacia una carrera feroz hacia la rentabilidad (aunque el Estado mantiene un 26,65% del capital y un 65% del personal son funcionarios), con la idea de adaptarse o adiós. Más de 13.000 personas han pasado en los últimos dos años a las áreas comerciales e informática, lo que habría sufrido en particular el colectivo de técnicos. Y, hasta 2003, "más de la mitad cambiaron radicalmente de función", según la confesión del ex directivo del grupo Michel Bon. La empresa ha prescindido de 22.000 trabajadores y el nivel de dimisiones ha ido subiendo (un 15,3% en 2008). ¿Este entorno puede influir en que haya suicidios? "El entorno influye, un entorno de cambio influye, pero en un suicidio el desorden mental está en la base", puntualiza Carmen Tejedor, psiquiatra del Hospital de Sant Pau experta en suicidiología, que describe el acto de quitarse la vida como resultado de factores tales como la existencia de enfermedad mental, el hecho de pensar en el suicidio, padecer alguna enfermedad médica, lidiar con acontecimientos vitales que pueden descompensar a personas más vulnerables o el aislamiento.
"Algunos empleados se mataron tras culpar a su trabajo del estrés. No implica necesariamente que la culpa sea de la empresa, pero en la mente del suicida la empresa jugaba, sin duda, un papel", reflexiona por su parte el psiquiatra Luis Rojas Marcos. "El ambiente en la empresa puede ser un factor, sin duda", añade.
Con la crisis aumenta la cantidad de personas que sienten ansiedad y estrés, es un hecho. Pero, puntualiza Rojas Marcos, "no van a la consulta a lamentarse porque están sin trabajo, sino por problemas relacionales, por no encontrarle sentido a la vida o por incapacidad de controlarla". La desconexión del entorno, de nuevo.
La cúpula de France Télécom ha tardado en encajar en serio lo que se ha convertido, más allá del prioritario drama humano, en un grave problema de reputación. El presidente de France Télécom, Didier Lombard, que aún aguanta en el puesto, habló al principio de "moda de los suicidios". Recursos Humanos dejó la cosa en "algunas personas débiles" que no se adaptaron al cambio.
Hasta que el Gobierno Sarkozy metió baza. Ahora, Lombard propugna "un nuevo convenio social". Los programas de movilidad geográfica y de funciones siguen por ahora suspendidos. Un teléfono gratuito permite desahogarse a los empleados agobiados. Se ha designado a un "mediador" para la movilidad.
"Nada justifica que un hombre o una mujer ponga fin a sus días. No lo puedo aceptar. Ni ahora ni nunca", se acaba de despedir Wenès, cuestionado por los sindicatos. Y por el Gobierno francés. France Télécom sugiere que el problema no es nuevo. En 2000 hubo 28 casos. En 2002, 29.
Francia es el país de la Vieja Europa con mayor tasa de suicidios por cada cien mil habitantes: según la Organización Mundial de la Salud (OMS): 26,2 en los hombres y 9,2 en las mujeres; lo que da un 17,7 de media. Los 24 suicidios de France Télécom han ocurrido en año y medio, sobre poco más de 100.000 empleados en Francia. No hay tanta desproporción sobre su media nacional, muy superior a la de Grecia, España o Reino Unido, pero eclipsada por los datos de Finlandia (31, en el caso de los hombres) o, sobre todo, los países del Este y las repúblicas bálticas, con cifras muy elevadas en el caso de los hombres en Hungría (42) y Lituania (68).
Eso no significa que France Télécom no tenga un problema. Aunque cueste demostrarlo. "La depresión no suele dar lugar a enfermedad profesional ni a accidente laboral. Es casi imposible atribuirla sólo al trabajo", apunta Adrián González, subdirector de Prevención de Riesgos Laborales de la Inspección de Trabajo, para quien "seguro que en España hay casos de suicidios por el trabajo, pero ni se conocen".
Algunas consultoras han teorizado que las empresas pueden, de hecho, enfermar. Como las personas. "La empresa española está estresada", concluye, por ejemplo, la firma Tatum en el Estado de salud de la empresa en España, estudio realizado sobre la base de encuestas, con una muestra de 2.475 profesionales. El estrés (ritmos asfixiantes, empleados en tensión por sobrevaloración de capacidades, escasez de personal cualificado, falta de información, pérdidas de tiempo, elevadas bajas por estrés...), la osteoporosis (estructura de la empresa debilitada por falta de recursos financieros y humanos, endeudamiento excesivo, plantilla sobredimensionada, escaso liderazgo, concentración excesiva de ingresos...) y la miopía (incapacidad para reconocer cambios en el mercado con antelación) serían, según Tatum, las tres enfermedades más extendidas.
"El cortoplacismo tiene mucho que ver con todo eso. Es difícil hablar de dirigir a personas, o de conciliar vida personal y laboral, cuando azota la crisis, vale. Pero no creo que la crisis nos esté llevando a un propósito de enmienda. La empresa vive a golpe de resultado trimestral, de lo que haga la acción en Bolsa, de qué dirán los analistas, del recorte de gastos", comenta Eugenio de Andrés, socio director de Tatum. Recientemente, el Observatorio de la Empresa Familiarmente Responsable (EFR) alertaba no sólo sobre el absentismo laboral, sino sobre el emocional. Se da si el trabajador está en su puesto pero no rinde, sea por agotamiento, decepción o angustia. Suele haber un desajuste entre la persona, su puesto y la organización.
Concha Pascual, directora del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, admite que los problemas organizativos y psicosociales no se toman en serio "de forma generalizada", salvo en algunas grandes empresas. "En las pymes es más difícil aún. Pero vamos avanzando. Hace 10 años, ni se hablaba de esto", señala.
Quienes hablan más de ello son los sindicatos. "El cambiante mundo laboral obliga a que las organizaciones tengan que adaptarse a nuevos mercados, imposiciones y cambios tecnológicos que les permitan mantener su competitividad, lo que ha hecho que los trabajadores deban enfrentarse a nuevas demandas como la adaptación a sistemas complejos y tecnificados, presión temporal, incertidumbre e inseguridad sobre su futuro profesional por la utilización de nuevas tecnologías", concluye un informe que UGT acaba de difundir, del Observatorio Permanente de Riesgos Psicosociales. Atribuye en él que la empresa no alcanza el rendimiento esperado porque cuando diseña un puesto de trabajo "no considera los aspectos psicológicos, las capacidades, las expectativas y limitaciones de las personas". El objetivo sigue siendo cubrir las necesidades económicas.
La traducción del problema no está clara. Las bajas por estrés o depresión se mezclan entre las de bajas por enfermedad común. Pero el informe de UGT recuerda que, hoy, "los problemas relacionados con una mala salud mental son la cuarta causa más frecuente de incapacidad laboral".
"Cuando existe un equilibrio entre lo que requiere el trabajo o carga mental, la autonomía del trabajador sobre su tarea, las dinámicas del puesto y las habilidades del empleado, todo va. Cuando se desajusta algo, puede darse una enfermedad, y, bajo una exposición aguda y prolongada, incluso derivar en cuadro pseudodemencial", enfatiza Manel Fernández, presidente de la asociación de profesionales de seguridad y salud en el trabajo AEPSAL.
La última Encuesta Nacional sobre las Condiciones del Trabajo data de 2007, aún sin crisis, y desvela que un 22,5% de trabajadores españoles cree que el trabajo está afectando a su salud; un 30% en el caso del sector de transporte y comunicaciones, el más alto junto a la Administración. Lo aseguran, sobre todo, los que tienen entre 24 y 34 años. Aunque los de la década siguiente no se quedan cortos. Cuando se les pregunta por los síntomas psicosomáticos más frecuentes, responden: el sueño se altera, siempre estoy cansado, me duele la cabeza o estoy irritable. ¿Le suena?

jueves, 1 de octubre de 2009

miércoles, 23 de septiembre de 2009

ARTÍCULO: Situación del desmpleo

MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
Un total de 836.529 parados no encuentran trabajo a pesar de que están incluidos en el colectivo de ciudadanos de "alta ocupabilidad", una cifra que supone un 78,6% más que en agosto de 2008, según un estudio publicado hoy por Agett y Ceprede.
En el pasado mes, casi uno de cada cuatro parados (el 23,1%) estaban considerados de "alta ocupabilidad", un porcentaje superior en casi cinco puntos al de 2008 (18,5%).
Por su parte, el 37,4% de los desempleados tienen una ocupabilidad media (37% en 2008), el 26,3% baja (29,9% en el año pasado) y el 13,2% muy baja (14,6% un año antes).
Se considera parados de "alta ocupabilidad" aquellos que llevan menos de doce meses sin trabajo, que buscan trabajo también fuera de sus provincias y que demandan empleo en más de tres ocupaciones diferentes.
El grupo de los parados con una mayor facilidad para encontrar empleo es, proporcionalmente, el que más ha crecido en el último año, seguido del medio (44,8% más), el muy bajo (30,2%) y, por último, el bajo (26,4%).
Por sexos, el incremento ha sido superior entre los hombres que entre las mujeres, hasta el punto que entre los de "alta ocupabilidad" el crecimiento es más del doble (100,8%) entre los desempleados que entre las paradas (57,2%).
El grupo de edad con mayores dificultades para encontrar un trabajo es de los mayores de 45 años, con un 30,5% de perfil bajo y un 34,4% muy bajo.
Por el contrario, entre los menores de 25 años sólo un 2,4% tiene una "ocupabilidad" muy baja y un 31,8% baja.
La industria es el sector con los parados que tienen mayores dificultades para encontrar empleo, con un 17,1% de perfil muy bajo y un 27,8% bajo. Sólo superan a este sector los parados del colectivo sin empleo anterior, entre los que el 18% tienen una ocupabilidad muy baja y un 34,9% baja.
Por comunidades autónomas, las que tienen un mayor porcentaje de parados con perfiles bajos o muy bajos son Cataluña (35,4% y 14,9%, respectivamente) y Murcia (con 37,5 y 12,3%). Por el contrario, la mayor "ocupabilidad" se da en Madrid (39,4% de perfil alto y 38,9% medio) y Navarra (35,4% y 42,3%).